MAMA MEDIADORA

Llevamos unos días en los que ya hemos empezado con las frases: ha sido él, yo no he sido, me ha arañado, me ha pegado, me ha empujado, ha empezado él… El pequeño Trasto evidentemente no dice nada con palabras pero se hace entender y no os creáis que no tiene malicia y que es la Principesa Macarra la que empieza siempre a chincharle, no, es un espabiladillo.

Cuando la gente nos conoce, ve llegar a la Mayor de lejos, es ruidosa, parlanchina, sin vergüenza y cabezona, además de llamativa, no tiene ojos azules ni rasgos de modelo, pero oye, con su cintura de abejorro y su desparpajo, no deja indiferente a nadie. Y claro, al Enano lo ven en el carrito, que la mayoría de las veces el paseo le adormece y como es rubito y aún no abre mucho la boca, todos le toman por angelito, un querubín con un diablillo interiorizado, que sólo se manifiesta en confíanza.

Por ejemplo ahora mismo, ella está dibujando a mi lado muy relajadita y él ha sacado tres torres de cd’s de música clásica del mueble y está haciendo torres con ellos y derribándolas, además de intentar arráncarle las hojas a su hermana cuando yo no estoy mirando. Y eso es lo que más les diferencia,mi chica es muy bruta y no se corta un pelo en soltar perlitas, pero lo hace inocentemente, es su forma de ser. Él en cambio, tiene malici y cuando está haciendo algo que él sabe que no está muy bien, te mira con ojos de pilluelo y al hacerlo pone cara de duende Trasgu, en fin, dos personalidades diferentes que evidentemente, empiezan a chocar, si añadimos a la mezcla que son hermanos, que el pequeño se queda conmigo en casa y la mayor está obligada a ir al cole… pues tenemos como resultado pequeñas explosiones en las que no siempre, pero si a menudo, debo intervenir.

Cuando estoy cansada, lo que menos me apetece es tener paciencia y lo más fácil es resolverlo mandado a cada uno a una estancia hasta que se les pase la nube gris, pero no es la mejor solución. Estoy intentando poner en práctica unos consejos del curso de psicología infantil que he realizado:

  • Pedirles calma.
  • Hacerles ver que les voy a prestar atención a ambos.
  • Dejar que se expresen sin gritos.
  • Darles mi punto de vista imparcial.
  • Dejarles solucionarlo ya más tranquilos.

Sé que aún son pequeños, que el Enano no lo entiende y la Mayor tampoco demasiado, pero el mero hecho de pararme, ponerme a su altura, incluso sentándome en el suelo, regular mi respiración de manera sonora y tranquila, parece que por ahora funciona, no os digo que sea milagroso, pero entiendo que poco a poco, aprenderán a resolver sus conflictos.

Como le digo a la Pequeña Macarra:

«Tranquila, busca una solución y si no sabes, pídeme ayuda»

Tanto para las discusiones, como para los disgustos los problemones que le surgen y le acongojan. Porque lo que para nosotros son tonterías para ellos son mundos. Y además tienen una memoria impresionante, lo que crees que no han captado lo han pillado a la primera y te lo sueltan cuando menos te lo esperas.

Me hace mucha gracia, como son amigos del alma un momento y al otro se están gritando. Tengo a la niña intentando enseñarle a su hermano a escribir la palabra AMOR, así, con todas sus letras, porque es una de las primeras palabras que ha aprendido ella solita, sin dictarle las letras y está muy orgullosa de ello, por eso la escribe por tooooodas partes, incluído el piecín de su hermano.

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Y no para de recitarle muy emocionada una parte del Himno de la Alcarria (la zona donde vivimos) que ha debido aprenderse para el cole, para que su hermanito también se lo aprenda, aqui hay mucha miel y además este año en conmemoración al nacimiento de Camilo Jose Cela, en el colegio como colofón al mercadillo organizado por el día del libro, han hecho actividades inspiradas en su obra y actuaciones por parte de los pequeños muy divertidas disfrazados de abejitas, alcarreños, botargas, mieleros… El enano no podía abrir más los ojos viéndoles, tantos colores y la música, cambiaban la rutina y su curiosidad ha despertado aún más.

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Siempre he sido partidaria de tener más de un hijo, pero cuando me quedé embarazada del segundo hubo momentos en los que me planteé que era una locura, y ahora me alegro un montón, veo que tienen un compañero de juegos inseparable, un resguardo, un apoyo, un «amienemigo forever and ever».

Vosotros tenéis más de un hijo? Intercedéis en sus discusiones? Os organizáis mejor ahora que antes (o sólo es una sensación mía)? Sóis partidarios de enseñarles a escribir de la forma tradicional o más con la memoria visual?

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Bon weekend!!!!!!

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